La Instalación militar secreta prohibida a todas aquellas
personas que no dispongan de la más estricta acreditación de seguridad, incluyendo
al presidente de la nación. Ubicado en un árido terreno, denominada como el área
51. Sin dudarlo, el lugar más
misterio de todo el mundo.
Hasta hace poco, no solo se negaba la existencia de esta
base militar, sino que es tan secreta que pocos de los políticos tienen
conocimiento de los estudios que se realizan allí.
Pero en este caso no vamos a hablar de la base área 51, sino que vamos a develar los
misterios que este guarda y para ello hablaremos de uno de los testigos más
escandalosos que tuvo que enfrentar los EEUU. Es nada más y nada menos, wwque un ex
empleado de las instalaciones, que afirma varios de los rumores que dieron
vuelta al mundo como por ejemplo, la tecnología
alienígena y los contactos extraterrestres.
En 1989 Bob Lazar, decidió dar una conferencia en público,
confirmando que trabaja en el interior de la base militar, analizando la tecnología
de una nave extraterrestre. Pero antes de esta conferencia, decide dar una
entrevista a un prestigioso periodista, ocultando su identidad a modo de protección,
dado por ello que si desaparecía o algo le sucediera quedara constancia de lo
que el addiría era cierto.
En diciembre de 1988
es contratado para trabajar como científico en la base militar. Sin duda para
el ingreso a la base, le dan pautas y es sometido a un cuestionario, así como también
lo hacen firmar un compromiso de silencio. Obligándolo a renunciar a gran parte
de sus derechos. ”Creo que se llamaba el acuerdo
1010, si divulgabas información obtenida te condenaban a diez años de cárcaaddel
y una multa de 10.000 euros” eran las palabras de Bob Lazar que mejor describíaaadaddn este contrato.
Ya en su trabajo, este confirma haber tenido en sus manos información
relacionada con platillos voladores e incluso con cuerpos extraterrestres, pero
ese no era su trabajo, sino ver cómo funcionaba la tecnología de estos objetos voladores.
Con la ayuda de los propulsores de esta tecnología, se podría
viajar en el tiempo y el espacio en un abrir y cerrar de ojos. Sin dudas él no
estaba preparado para esto y todo que estaba por venir, expresándolo de la
siguiente manera: “Durante muchas noches pase noches en blanco, todo lo que habías
creído ficción era realidad”.
Lazar declara también que dentro del área 51, se ocultan nueve
platillos iguales. Todas en Hangares, y la gran mayoría estaban desarmadas en
varias partes. Afirma haber tenido contacto físico con uno de los objetos voladores
así como también asegura que a principios de 1989 se realizaron varias pruebas,
pero a bajas alturas con estos ovnis.
Su principal desempeño, era develar que tipo de energía es
la que los mantiene en órbita a estos artefactos y como son dirigidos. Sin duda
no era un trabajo fácil, basta con solo leer su relato: “La maquina que estábamos
examinando era tan avanzada, que desde el carburante hasta la forma en que se
transformaba en energía, era completamente alienígena desde todos los punto de
vista”.
Para entrar más en detalle uno de los supervisores, invita a ver una de
ellas en movimiento.
Para continuar leyendo visite: "El testimonio de Bob Lazar: Segunda parte"
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