Quizás hayas escuchado hablar de
historias como el hombre lobo o la leyenda del lobizón.
Sin lugar a dudas son las mismas historias populares, con la diferencia que
esta se asemejan al continente suramericano, para ser más preciso aun los
países de Argentina y Paraguay.
Esta legendaria
criatura proveniente de los licántropos (hombres lobos) es conocida en
todo el mundo, por diferentes nombres y culturas, pero en este artículo vamos a
enfocarnos en solo una de ellas “el Lobizón”. Su apariencia es similar a la de
un lobo, pero con la postura de un ser humano, es decir, una transformación que
sufriría una persona para convertirse en lobo.
Desde el siglo XIX la
tradicional leyenda fue tan popular, que desde ese entonces se acostumbra a que
el presidente de las naciones, tanto de Argentina como Paraguay, sean electos
como padrinos de aquellas familias, cuyo séptimo hijo varón sea concebido por
un matrimonio de igual costumbre.
En 1907 se realizo el
primer padrinazgo legal y oficial, bautizado por el Presidenta de la Nación, en
ese entonces. Pero eso no fue todo para esta leyenda sino que va mucho más allá
de la realidad y para darle un margen legal se estableció formalmente el decreto
número 848, por el presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón en
el año 1973. Además de ser el ahijado legal del presidente, este cuenta con
beca de por vida para cualquier tipo de estudio primario como secundario que se
necesitase.
Antiguamente esta
costumbre de apadrinar al séptimo hijo varón, es tan remota y tan
antigua que no se podría definir una fecha con exactitud de este legado, lo que
si podemos agregar, es que muchos de nuestros antepasados sacrificaban a su
hijo si este podía ser un lobizón.
Real o no, lo cierto
es que muchos creen en esta leyenda y hasta se encuentra en un marco legal.
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