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Virgen de Medjugorje
El  24 de julio de 1981 en un pequeño pueblo de Bosnia-Herzegovina llamado Medjugorje, dos niñas son testigos de algo sorprendente y sobrenatural. La aparición de la Virgen. Son muchas las apariciones marianas, pero si algo hace especial a Medjugorje son dos cosas:

La primera es que a diferencia de Lourdes, Fátima u otras tantas, esta aparición se da bajo un régimen comunista, el de la antigua Yugoslavia. En un país donde la mayoría religiosa es un musulmana. La segunda es que al día de hoy siguen ocurriendo fenómenos extraños.

Al día siguiente de la primera aparición, a las dos niñas se les sumaron más niños. Hoy esos niños han crecido, y ya adultos siguen cayendo en trance a diario. Las autoridades comunistas de la época sometieron a las jóvenes a distintas pruebas con el objeto de demostrar que el trance en el que caían era un fraude, y así poder desmontar esa historia.

Sin embargo a pesar de las pruebas no lograron su propósito. El mismo Vaticano también ha estudiado el fenómeno. Otros científicos no dan explicación alguna de lo que allí ocurre. Lo que en su momento sucedió en Fátima o en Lourdes está sucediendo hoy día en pleno siglo XXI.

 ¿Qué mensaje portaba la Virgen? Qué era aquello que quería anunciar en un pequeño pueblo perdido en Bosnia? La Virgen repetía constante y obsesivamente las palabras Paz, Paz y Paz…

“Queridos hijos, los invito a la Paz. He venido aquí como reina de la Paz y deseo que se enriquezcan con mi Paz materna. Queridos hijos, los amo y deseo guiarlos a todos hacia la Paz que sólo Dios puede dar, y que enriquezca cada corazón. Los invito a que se vuelvan portadores y testigos de mi Paz en este mundo sin Paz.” 
Virgen de Medjugorje


La palabra Paz se repite constantemente. Lo que nos sabían aquellos niños es que años más tarde de aquel primer mensaje, estalló en la zona una de las guerras más cruentas del país y que dejaría más de un cuarto de millón de muertos y millones desplazados.


Durante aquella guerra muchas ciudades cercanas quedarían totalmente aniquiladas, con excepción de Medjugorje, dónde no cayó ni una sola bomba. Algo o alguien protegió a ese pueblo de tal forma que antiguos combatientes de aquella  contienda afirmaban que cada vez que se intentaba bombardear Medjugorje, una niebla o problemas meteorológicos impedían llevar a cabo su macabro trabajo. 

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